UN DÍA ABURRIDO
Queridas familias:
Una vez hablando os dije que yo elegí la discapacidad. A menudo empleo esta palabra, pero no es para nada adecuada. ¿Cómo seguimos atreviéndonos a decir que uno es más o menos que otro? Porque seguramente no seamos consciente de lo que implica esta palabra que deberíamos desterrar de nuestro vocabulario.
Hoy mismo le dije a a alguien que en mi clase cada uno puede ser como es de verdad. Y ya está. Lo que sí es de verdad es que no sería la persona que soy sin la profesión que tengo y que elegí.
Me rodeo de personas buenas, con las que bailo, con las que me río porque me hacen cosquillas, me dan besos y me dan muchos abrazos. Trabajan duro y se esfuerzan a diario. Me enfado, mucho, a veces, pero de repente me río porque alguna de estas personas hace lo mismo que yo y le quita la tensión al momento.
Tengo la suerte de tener personas conmigo que adoran la locura transitoria de un día en mi clase. Locura porque nos comemos la vida a mordiscos, no vamos de puntillas, pisamos y se nos escucha, pero a veces demasiado poco, se nos tiene que ver más, tenemos que estar más presentes, tenemos que mostrar al mundo lo valiosos que somos, las grandes capacidades que tenemos porque llenar el corazón como lo hacen cada día mis personas, éso es de ser grande, muy grande y no tiene cabida en una palabra tan pequeña como discapacidad.
Para seguir tomando conciencia...
Un abrazo!
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